miércoles, 17 de junio de 2009

Y AÚN SALE EL SOL POR ANTEQUERA



Y aún sale el sol por Antequera,
aún paso las noches soñando en vela;
mirando una botella de moscatel,
que convertí en porta velas.

Un álbum de fotos,
que me recuerdan quien era;
una ventana donde asomarme,
para ver pasar mi vida entera;
un disco rayado de Triana,
que salta y me desespera.

Tengo unos altavoces que gritan,
cuando estoy afónico;
un diario en blanco donde escribo poco,
tengo una luz roja que enciendo;
cuando me enamoro,
y una mosca que persigo;
cuando me vuelve loco.

Aún sale el sol por Antequera,
aunque no estés… sentada aquí a mi vera;
viendo esta absurda puesta de sol,
que se escapa por las escaleras;
mientras miro ese calendario,
que cuelga de la nevera;
donde voy tachando los días,
que anhelo tu presencia.

Y tengo un despertador,
de legañas que no suena;
que desconecto cada noche,
pues su silencio me desvela.
Una guitarra sordomuda,
que no aprendí a quererla;
unos bolsillos deshilachados,
con dos o tres monedas;
para comprar mi soledad,
no sé si me llega.
Un cajón en la cocina,
que se atranca y no cierra;
donde guardo con sigilo,
las sombras y las penas.

Y aunque no estés… aquí,
sale el sol por Antequera.

Tengo un bote de jarabe de palo,
que tomo cuchara a cuchara;
cuando despunta el día,
y siento arañazos en el alma;
aunque aprendí la lección,
de pernoctar solo en mi cama;
donde solo hago el amor,
cuando el pensamiento trabaja;
una cama demasiado grande,
y un corazón entre las sábanas;
y un pentagrama de besos,
donde escribí, -no te vayas.

¡Y sale el sol por Antequera,
y rayado el disco de Triana;
y solo estas en mi cabeza,
cuando veo vacía mi cama.!



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