martes, 2 de diciembre de 2008

UN MAR DE BLANCA AZUCAR


Un mar de blanca azúcar
repleto de lindas pulsaciones,
dos inmensas llanuras que surcan
al borde de un bosque de pasiones.

Dos montañas que pueriles se alzan
coronadas con puntas de plata,
ansiadas por un fuego que abrasa
de diez espadas que las desgarran.

Y dos flores puras y rojas
manantial de un surco sediento,
de una flor que sola se deshoja
en los espacios del pensamiento.

Dos inmensos y claros luceros
luz de dulces caminos,
armonía y rocío de besos
inmaculada de cardos y espinos.

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